Un cafecito...

26 de diciembre de 2007

Lo más importante de este año que se va...

Sin duda, fue el terremoto de Pisco.

Para muchos en Lima fue el temblor más fuerte de sus vidas, y los que estaban en ese momento dentro de algún edificio sí que la vieron fea ...



Pero para los que estábamos afuera en la calle, no fue tan papayita ¿Qué sintieron cuando vieron aquellas luces extrañas que iluminaron todo el cielo, como si de relámpagos se tratase? ¿no que dejaron una sensación, digamos, algo apocalíptica?



El hecho es que el remezón más fuerte fue el de las conciencias; la caridad para con los damnificados del sur brotó espontáneamente, como algo nunca visto hasta ahora, en esta tres veces coronada villa.

Es cierto que muchos quisieron aprovecharse del dolor ajeno, sobre todo los clásicos elementos de la fauna farandulero-política, siempre listos a acudir cuando de cámaras se trata, pero lo que primó fue claramente un sentirse en el pellejo del otro, un agradecimiento a Dios por no ser uno la desdichada víctima de esa tragedia y un personal examen de conciencia que llevó a algunos a reconsiderar muchas cosas de la propia vida... por lo menos en ese momento.